Cabrio | Devotion and Hate [2018]

Cuando me entere de la existencia de Cabrio fue grata la sorpresa, ya que es la banda de un viejo conocido en la escena chilena: Andrés Marchant, vocalista insigne conocido por su trabajo en  Necrosis y Kingdom of Hate e inmediatamente me hice una idea de lo que me podría encontrar en el contenido de su primer trabajo «Devotion and Hate«, thrash metal enrabiado y directo a la vena.  Con la disolución de su anterior banda Kingdom of Hate el año 2016, el incansable Marchant se dispuso a reclutar nuevos integrantes para rápidamente armar un nuevo proyecto musical y seguir colaborando con esta escena tan ingrata a ratos pero que ha dejado excelentes bandas y excelentes discos a lo largo de los años. Marchant tiene clara la película y junto a Mauricio Peña (Bajo – ex Kingdom of hate), Rodrigo Leiva (bateria), Julio Constanzo (guitarra) y Alberto Arenas (guitarra) se dispuso a componer este nuevo esfuerzo discográfico.

8 temas componen este álbum que mezcla la vieja escuela del thrash metal, con claras influencias como Slayer, Forbidden, Testament (por nombrar algunas) con riffs modernos que le dan novedad a un estilo en el que ya esta todo hecho. Aun así logran imponer su estilo propio, resaltando todos muy bien en sus instrumentos y realzando la rabiosa voz de marchant.

La premisa queda clara desde el track 1: ¡THRASH METAL IN YOUR FACE! y durante todo el disco se mantiene esa fuerza intacta. La vertiente del thrash mas clásico la encontramos en temas como «Twenty Thousand Tons«, «Arzamas«, «Seed of Deception» (con la colaboración de Rodrigo ‘Pera’ Cuadra) y «The Rapture» (con la colaboración de Anton Reisenegger). También el toque moderno, con estructuras un poco mas complejas y riffs que generan ambientes las podemos encontrar en temas como «I Have Become«, «Man Made God» y la groovera «Violence & Solitude«.

«Dios sin Fe» es el tema mas arriesgado del disco y puesto de manera muy inteligente para el cierre de este ya que es el relajo después de todo el caos y azote de los temas anteriores. Ademas, es el único tema cuyas letras están en español y cuenta con la colaboración de Cinthia Santibañez (Crisalida) en los coros, aportando mas diversidad aun al álbum, lo que se agradece enormemente.

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En conclusión, este álbum marca el regreso de un grande como lo es Marchant y nos entrega un disco redondito, directo y conciso que vale la pena escuchar y se agradece. El tipo podría estar descansado o estar haciendo cualquier cosa pero no, aun tiene ganas de entregarnos música y de buena calidad.

10 de 10 y totalmente recomendado, esperando a que nos vuelvan a sorprender con otra entrega.

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